
Serbia || Solidaridad Internacional
Z.K., un veterano trabajador de la construcción de Novi Sad, contactó con nuestro sindicato hermano ASI AIT el mes pasado. El compañero Z. trabajó en la empresa de carreteras Lukač putevi de Temerin el año pasado. Según el convenio colectivo, recibía 60.000 dinares (511,85€) por cada dos semanas de trabajo. Al salir del trabajo, fue estafado y no le pagaron las dos últimas semanas.
La empresa está dirigida por los propietarios Jožef y Roža Lukač y el director Dejan Dimitrijević. Las condiciones laborales eran terribles; muchos trabajadores de las carreteras de Lukač ni siquiera contaban con el equipo de protección básico, además del contrato de trabajo, por lo que Z. sufrió quemaduras en las plantas de los pies mientras trabajaba en el asfaltado. Nadie fue responsabilizado por esta lesión en el trabajo y Z. no recibió ninguna indemnización ni atención médica. Su historia aún suena casi inofensiva, teniendo en cuenta lo que suele ocurrir bajo el terror de Lukač y Dimitrijević.
El año pasado, durante el verano, los trabajadores de las carreteras de Lukač se vieron obligados a trabajar todo el día bajo un calor insoportable. El trabajador Z., de Bečej, pagó con la vida por ello. Murió de un derrame cerebral en el trabajo. Joška Lukač, Roža Lukač y Dejan Dimitrijević se lucran con el sudor, la sangre y las vidas de los trabajadores oprimidos.
Este es un brutal recordatorio de cómo los jefes son nuestros enemigos mortales, dispuestos a llevarnos directamente a la tumba para su propio beneficio.
Lukač Putevi ignoró nuestra solicitud de pago de las deudas a su amiga Z. Roža Lukač nos contactó e intentó salirse con la suya con mentiras deshonestas.
Nos solidarizamos con la campaña pública que el sindicato serbio Iniciativa Anarcosindicalista ASI-AIT ha lanzado contra ésta empresa y otros representantes y propietarios de la compañía. Como nos han enseñado los sucesos de noviembre de 2024 en Belgrado, en todos los lugares de este mundo vivimos en un sistema hecho a la medida de asesinos y explotadores. Literalmente nos están matando, ya sea bajo las marquesinas o en los lugares de trabajo.
¡Solo en la lucha conjunta podremos resistir a los estafadores y asesinos y recuperar lo que nos pertenece!
Por eso empezamos a luchar por lo que el compañero Z. ha ganado con su sangre y sudor.