Tres años sin Marijose: represión para castigar la solidaridad

Tres años sin Marijose: represión para castigar la solidaridad

Se cumplen tres años del fallecimiento de nuestra compañera Marijose y ayer, 6 de marzo, se juzgó a dos compañeros del Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de la CNT-AIT de Madrid que han sido denunciados por la entonces directora del I.E.S Felipe II, instituto del barrio de Moratalaz.
Creemos que merece la pena recordar que nuestra compañera Marijose murió contagiada por COVID después de que fuese obligada a trabajar en unas circunstancias con gran exposición al contagio cuando la dirección del centro sabía que era una persona considerada de riesgo frente al contagio y se solicitaron medidas, que no quisieron aplicar, que habrían evitado, con toda probabilidad, el contagio de Marijose y su posterior desenlace.
Es por ello que se dieron diversas muestras de apoyo a nuestra compañera, que era conserje del instituto y, al mismo tiempo, se señaló a la dirección del centro por su negligencia. Desde el Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de la CNT-AIT se interpuso una querella contra la directora pues se considera que tiene responsabilidad en los hechos y, además, es algo que la propia Marijose nos pidió cuando se encontraba hospitalizada. La querella no fue admitida a trámite y, sin embargo, nuestros compañeros sí van a ser juzgados. A ellos se les pide 2 años de prisión y el pago de varios miles de euros en concepto de indemnización para la que era directora del centro de enseñanza.
Para nosotras es obvio el sesgo clasista de esta mal llamada «justicia». Nuestra compañera, la conserje, no merece la búsqueda de responsables de su fallecimiento, pero la directora sí ha de ver compensados sus supuestos daños morales por que haya quien dijera que si no fuera por su autoritarismo y arrogancia se podría haber evitado una muerte.
Por nuestra parte, el único arrepentimiento que podríamos sentir es el haber fallado a nuestra compañera, el no haber hecho más de lo que hicimos. Solo nos queda, como siempre, seguir la lucha.